¿Valió la pena el acuerdo de Joe Biden con Nicolás Maduro?
¿Ha traído el acuerdo de Joe Biden con Nicolás Maduro algún beneficio al pueblo de Venezuela?
En una ambivalente nota The Washington Post (1) se pregunta si valió la pena el acuerdo de Joe Biden y Maduro, aquel que la administración de Estados Unidos y el régimen venezolano establecieron para celebrar elecciones libres y justas a cambio del alivio de las sanciones.
Hablamos de ambivalencia en razón de que, aún cuando el artículo reconoce el incumplimiento de Maduro, no de uno sino de varios puntos del convenio, insiste en tratar de justificar la acción del mandatario estadounidense que, en su gestión, liberó y entregó a los narcosobrinos al igual que lo hizo con Álex Saab cuando se encontraba a las puertas de un juicio de definiría su destino y dejaría al descubierto decenas de corruptelas e irregularidades del régimen de Maduro.
Además, alivió las sanciones a la industria petrolera y del gas venezolanas, oxigenando así, no solo en lo político sino también en lo financiero, a la dictadura venezolana.
A cambio, Nicolás Maduro hasta la fecha no permitió la inscripción de la candidatura de María Corina Machado, electa con el 92 % de los votos en elecciones primarias; mantuvo la proscripción de partidos políticos; ha incrementado la persecución y encarcelamiento de dirigentes, simpatizantes y hasta de simples colaboradores de Machado y el candidato emergente, Edmundo González Urrutia; evitó la observación internacional independiente.
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Benevolencia con Maduro
Insiste la nota en la benevolencia hacia el régimen pese a los incumplimientos del mismo, cuando refiere que si bien en un principio Maduro “pareció dispuesto a seguir el ejemplo de Daniel Ortega” que “ha clausurado organizaciones independientes y extranjeras, encarcelado o exiliado a prácticamente todos los opositores políticos y se ha negado a permitir elecciones presidenciales”, el venezolano, “por el contrario, aceptó competir contra un candidato de la oposición en una votación con al menos algunos observadores internacionales.
Obvia el artículo referir que los observadores internacionales —más bien veedores— aceptados por Maduro, son solamente convidados de piedra, representantes de gobiernos aliados a quienes se les prohíbe emitir opinión sobre el proceso electoral.
Lo cierto que la Unión Europea no asistirá y el Centro Carter ha demostrado complacencia a lo largo de los años en que ha participado en la observación. Un panel de expertos de la ONU asistirá, pero el informe que preparen será de carácter confidencial para el secretario general del organismo, António Guterres. Algo que poco contribuye a la transparencia de los comicios.
¿Restablecimiento de sanciones?
Igualmente, obvia The Washington Post referir que los acuerdos impulsados por Maduro, no son más que una vieja estrategia del chavismo implementada para ganar tiempo y oxigenarse en momentos de agudez de la crisis.
Así ha acudido a México, a Qatar y a Barbados, donde vez tras vez ha incumplido su palabra. En el país árabe prometió permitir la participación de los partidos de la oposición y los candidatos que estos eligieran e invitar a observadores internacionales.
Pero, luego, el Tribunal Supremo de Justicia bajo su control, mantuvo la proscripción de la candidatura de María Corina Machado y su partido Vente. La advertencia de EE. UU. de que restablecería las sanciones por no admitir la postulación de Machado, poco le importó a Maduro.
The Washington Post dice que las sanciones fueron nuevamente impuestas por esto, pero no hace mención alguna a que mientras por un lado actúa de esta manera, por el otro emite licencias que autorizan las operaciones petroleras y de gas.
Reanudación de las conversaciones
Sin mencionar las restricciones a los opositores ni la latente amenaza de fraude por parte del régimen de Maduro que se mantiene, la nota manifiesta su “esperanza” de una victoria de Edmundo González, quien aventaja por dos dígitos en las encuestas al dictador.
Y justifica la inacción de la administración de Biden frente a Maduro cuando dice que: “Hace un año, los detractores habrían dicho que nada de esto va a suceder, la oposición nunca se unirá, el régimen nunca permitirá elecciones’, dijo un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato según las reglas establecidas por la administración. ‘Creo que el hecho de que hayamos llegado tan lejos es una declaración significativa de que el esfuerzo valió la pena’”.
“Alegría de tísico”, dirían en Venezuela.
La nota agrega que en medio de este panorama el gobierno de Estados Unidos y el régimen venezolano han reanudado las conversaciones dirigidas, según la nota, a que los diplomáticos estadounidenses trabajen “para proteger las elecciones”, mientras “algunos de los aliados izquierdistas de Maduro” presionan para que Maduro acepte los resultados.
Esto lo confirmó a otro medio de comunicación (2), Francisco Palmieri, jefe de la misión de EEUU para Venezuela. Sin embargo, mantuvo el hermetismo para informar el contenido del diálogo.
“Nuestro enfoque es que se den todos los pasos que todavía tienen que cumplir para tener la elección el 28 de julio. Es más importante que lleguemos al 28 y que motivemos la participación masiva del pueblo venezolano. Son los venezolanos que tienen que decidir cómo resolver la crisis política, económica, humanitaria. La elección es muy importante y vamos haciendo todo para apoyarlos”, dijo Palmieri.
Dardo envenenado
La nota lanza su dardo envenenado: “Si Donald Trump es elegido presidente, esta rara oportunidad de compromiso probablemente terminará”.
Y enseguida muestra su intención: “Para Biden, el éxito sería una victoria poco común en política exterior que podría llevar a su propia batalla por la reelección. Podría permitir que algunos de los más de siete millones de venezolanos que han huido del gobierno autocrático de Maduro (cientos de miles de ellos rumbo a Estados Unidos) regresen a sus hogares. Podría alejar a Venezuela de sus amigos Rusia, China e Irán. Y podría darle a Estados Unidos un mayor acceso a una fuente crucial de petróleo”.
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Fuentes consultadas:
(1) Herrero, Ana Vanessa y otros. (15 de julio de 2024). “Biden made a bold deal with Venezuela’s strongman. Will it pay off?”. Em The Washington Post. Disponible en: https://www.washingtonpost.com/world/2024/07/15/venezuela-election-maduro-biden-deal/
(2) Johan, Christian. (16 de julio de 2024). “Palmieri confirma reuniones de EEUU con el chavismo: Estos son los puntos que han abordado”. En Caraota Digital. Disponible en https://www.caraotadigital.net/mundo/palmieri-confirma-reuniones-de-eeuu-con-el-chavismo-estos-son-los-puntos-que-han-abordado/
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