La influencia de China se incrementa en el mundo con base en el autoritarismo y la opresión
La influencia de China se incrementa en el mundo, advierte el senador estadounidense, Marco Rubio, quien alerta que el influjo de Pekín sobre el orbe dependerá de la ponderación de los valores que definirán el siglo XXI, bien la libertad y gobierno representativo o, en su defecto, el autoritarismo y la opresión.
Estas consideraciones las formula el senador Rubio a través de un informe elaborado por su oficina en el Congreso de los Estados Unidos denominado “El mundo creado por China. ‘Hecho en China 2025’ Nueve años después”, al que cataloga como “último esfuerzo” para que se emprenda un cambio de rumbo en la manera de enfrentar a Pekín.
Rubio deja sentado tajantemente que “China comunista es el adversario más poderoso al que se ha enfrentado Estados Unidos en la memoria viva” y, en tal sentido insiste en que se deben tomar “medidas audaces” para reconstruir EE. UU. Eso sí, alerta, esto solo será posible si se dejan de lado “viejos dogmas y puntos de discusión obsoletos”.
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China juega mejor
En el informe, Rubio subraya que “el Partido Comunista Chino está jugando mejor” que Estados Unidos. Una afirmación que hace en razón de que el país asiático “controla la mayor base industrial del mundo, abastece sus fábricas con subsidios que distorsionan el mercado y un robo desenfrenado”.
Para rematar, China posee gran parte de las industrias que determinarán la supremacía geopolítica en el siglo XXI en áreas que van desde la construcción naval hasta los vehículos eléctricos. Todo ello les proporcionará un dominio e influencia que, como se alertó líneas arriba, no se sustenta en un gobierno democrático, sino en uno autoritario y opresor.
En contraparte, Estados Unidos se encuentra debilitado tras “décadas de exceso de regulación y ‘libre comercio’ con economías adversarias como la de China que han erosionado” la base industrial estadounidense.
La respuesta de la administración Biden-Harris esta situación es lejana a una solución, asevera el senador republicano y, entonces, descarga que la complacencia de Joe Biden con los adversarios extranjeros ha sido mucha, lo que ha generado el incremento del costo de la vida y la erosión de la economía de EE. UU. a través del mecanismo de la burocracia.
Los avances de China
Los objetivos de China son firmes:
Convertirse en una “potencia manufacturera”.
Alcanzar la autosuficiencia del país.
Lograr liderazgo tecnológico, dominio de la cadena de suministro y supremacía económica global.
China alcanzó o está cerca de alcanzar —de acuerdo a la apreciación de la oficina de Rubio— la vanguardia tecnológica en la mayoría de los sectores en los que se ha centrado.
¿Cuáles son esos sectores?
Vehículos eléctricos.
Energía y generación de energía.
Construcción naval.
Ferrocarril de alta velocidad.
China se perfila como “superpotencia de la energía verde y la logística avanzada, a menudo en áreas de tecnología con obvias aplicaciones militares”.
Y si bien no ha alcanzado el liderazgo, en otros sectores también ha experimentado desarrollo:
Aeroespacial y aviación.
Biotecnología.
Nuevos materiales.
Robótica y máquinas herramienta.
Semiconductores.
La gran debilidad china es en materia de maquinaria agrícola.
Emprender la reconstrucción estadounidense
Marco Rubio enfatiza en la necesidad de frenar el comportamiento depredador del gobierno chino y de que Estados Unidos emprenda un proceso de reconstrucción de sus fábricas y comunidades.
Esto contempla la protección de la tecnología estadounidense del espionaje; el empoderamiento de la industria automotriz de EE. UU. de manera de vencer a los competidores chinos fuertemente subsidiados; hacer rendir cuentas a las empresas que se valen de mano de obra esclava uigur.
Estados Unidos debe —tiene que hacerlo— tomar medidas audaces para reconstruir el país, “superar el desafío de China y mantener encendida la antorcha de la libertad para las generaciones futuras”.
Evaluación equivocada de EE. UU.
Es absolutamente necesario dejar atrás la tendencia a menospreciar a China y considerarla una “potencia de segunda categoría”. Los sectores en los que Estados Unidos mantiene auténticas y significativas ventajas frente a China son cada vez menos.
La estrategia defensiva estadounidense debe estar acompañada, además, por evaluar adecuadamente al adversario, pues no es cierto que la economía china se encuentre al borde del colapso. Ese es un discurso anacrónico que es preciso dejar atrás. China domina en “sectores de alta tecnología considerados críticos para el futuro de la economía mundial”.
“Estados Unidos no puede ser complaciente con respecto a la China comunista”, advierte tajantemente el informe de Rubio.
Entretanto en Occidente se insiste en el descalabro económico de China, Pekín apuesta por la manufactura, las exportaciones, así como por las “nuevas fuerzas productivas de calidad” como claves para la supervivencia del régimen y el “gran rejuvenecimiento de la nación china (…) Cree que la tecnología y la producción le permitirán preservar su sistema comunista al tiempo que se convierte en un país rico. Hasta ahora, ha tenido éxito en abrir este camino de desarrollo alternativo”.
¿Qué hacer?
De manera contundente el informe de la oficina de Marco Rubio sostiene que es urgente que Estados Unidos actúe para protegerse de las depredaciones de China y proceder a relanzar su industria en crisis.
Para ello se requiere implementar una política industrial audaz en apoyo a sectores críticos para la seguridad nacional y económica de EE. UU., al tiempo que pone en práctica destinada a despejar el camino para que la industria se reconstruya.
Es indispensable acometer una política de “vigilancia contra el espionaje, la propaganda y el robo de tecnología chinos, en particular en sectores como el aeroespacial, la agricultura y la biotecnología” en los que Estados Unidos mantiene el liderazgo.
Se debe tener claridad en que en varias áreas “los días en que China necesitaba robarnos han pasado”, pues ahora hay sectores —construcción naval, los vehículos eléctricos y la energía— dominados por los chinos.
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