El carbón venezolano también fue combustible de sobornos en Portugal

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Tras una investigación -una de las extensas del país ibérico- que tomó a la Fiscalía de Portugal 10 años para completar, el pasado 15 de octubre finalmente comenzó el juicio sobre el colapso fraudulento del Grupo Espirito Santo (GES) y de la principal marca del holding financiero,, el Banco Espirito Santo (BES). Ricardo Salgado, expresidente de la entidad financiera, figura en el proceso como el más prominente de los imputados, recipiente de cargos por 62 delitos.

Como resultado de la indagación, el Ministerio Público luso compiló un voluminoso expediente de alrededor de 19.000 folios que, sumados a otros 900 de la acusación, conforman el caso de las connivencias del BES con instituciones y funcionarios del Estado venezolano, intermediarios y testaferros. En el legajo, al que el diario Expresso de Lisboa tuvo acceso y compartió con Armando.info, se encuentran referencias a negociados que el banco pactó, entre 2009 y 2014, con sobornos y comisiones de por medio, con entes del Estado como la petrolera Pdvsa, el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), Corpoelec o Carbozulia.

Entre las muchas historias que contiene, está la del general Alcides Rondón y su abogado, Carlos Caripe. Esta dupla formó parte de la red de altos funcionarios venezolanos que recibió al menos 124 millones de dólares por los favores recibidos, firmas y decisiones que contribuyeron al envío de fondos del Estado venezolano al BES entre 2008 y 2014. Una cascada de pagos e inversiones que fungieron como salvavidas temporal para esa entidad que estaba haciendo agua y que, lejos de apuntalarla, echaron al foso miles de millones de dólares del tesoro público venezolano.

Para estos venezolanos, como todos los demás mencionados en el extenso expediente, no hay imputación formal por parte de la Fiscalía de Portugal que, sin embargo, consiguió reconstruir con detalles sus actuaciones dentro del esquema, incluyendo el rastreo del dinero con el que fueron beneficiados.

El general Alcides Daniel Rondón Rivero fue durante años un alto funcionario venezolano. Su nombre ha aparecido en casos como los de la Banca Privada de Andorra y, ahora, del Banco Espírito Santo. Imagen tomada: Blog amvprosibol

El General de División Alcides Rondón Rivero ocupó funciones de alto nivel dentro de los gobiernos de Hugo Chávez, quién públicamente evidenció su cercanía y amistad con su colega militar. “Es que estos muchachos son compañeros de promoción y nos permitimos esta confianza porque somos buenos amigos de toda la vida, desde que teníamos 16 o 17 años, son estos compañeros del alma”, confesó el fallecido caudillo en una emisión de programa dominical, Aló, Presidente.

Esa camaradería desde los cuarteles franqueó el ascenso de Rondón hasta cargos directivos en diferentes áreas del gobierno. Así, fue director de Relaciones Presidenciales del Ministerio de la Secretaría de la Presidencia en 2002; viceministro de Gestión Comunicacional en 2003; viceministro de Seguridad Ciudadana en 2004; vicecanciller para Asia, Medio Oriente y Oceanía en 2005; y canciller encargado en 2006. Gravitando todavía en el círculo de confianza del mandatario, en 2008 fue nombrado presidente de Carbozulia International Inc hasta el año 2010, la empresa encargada de gestionar las minas de carbón de Guasare, Estado Zulia, vecinas a las de Cerrejón, ya en territorio colombiano.

Inversiones y favores

Ostentando esa posición, según el expediente portugués, Rondón Rivero entró en contacto con João Alexandre Silva, director general de la Sucursal Financiera Exterior (SFE) del BES en la isla de Madeira y de la Oficina de Negocios Extranjeros del banco. Silva, hoy refugiado en Dubái, fue el operador más importante de la trama tejida, por órdenes de Ricardo Salgado, entre el banco portugués y funcionarios venezolanos para el pago. En esa sucursal, Carbozulia Internacional abrió una cuenta el 11 de agosto de 2008. 

Carbozulia International Inc. fue una sociedad creada en 2008 y registrada en Panamá, cuya propiedad pertenecía a Carbones del Zulia S.A., compañía del Estado venezolano constituida en 1976 y destinada a explotar, procesar, transformar y comercializar el carbón hasta en mercados internacionales. La filial panameña se creó para llevar las actividades de exportación.

Uno de los folios de la investigación de la fiscalía lusa describe que Rondón Rivero figuró en los documentos constitutivos de Carbozulia International como presidente de la entidad hasta 2010 y que, luego, otro militar lo sustituyó en el cargo: Carlos Javier Chirinos Cabré, quien era un miembro principal de Carbones del Zulia S.A.

Durante la presidencia de Rondón Rivero, Carbozulia International no realizó grandes movilizaciones de efectivo en su cuenta en el BES. Pero esta sí fue usada para inversiones y operaciones cambiarias que llamaron la atención de los fiscales portugueses. 

Según se lee en el expediente, a finales de 2008 Carbozulia International compró 7,5 millones de acciones del BES, una de las formas más activas de participación del Estado venezolano en el rescate del banco. “La empresa venezolana participó en el aumento de capital de Espírito Santo Financial Group (ESFG), principal accionista del BES”; la exportadora estatal de carbón convertida en inversionista con fondos públicos.

Luego Carbozulia International vendería esa participación en la segunda mitad de 2009.

Los bolsillos de la plata pública

Reclutar funcionarios del alto gobierno venezolano y crear el andamiaje para movilizar grandes sumas de dinero en el BES -y pagar a los participantes- requirió de una preparación técnica y legal urdida con filigrana. Para canalizar el flujo de fondos el BES, y bajo la conducción de Paulo Murta, el gestor portugués que manejó las principales sociedades creadas para distribuir los pagos en negro, ordenó al bufete panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal) el registro de decenas de compañías en el istmo y otros paraísos fiscales. Todas contarían con cuentas en el banco portugués. 

Murta fue quien identificó al general Rondón Rivero como un funcionario de alto perfil que podía ser de utilidad para el esquema. Lo contactó y en la misma diligencia llegó a Carlos Caripe Ruiz, un abogado identificado en los papeles como “asesor” del presidente de Carbozulia Internacional.  

Meses antes de la apertura de la cuenta de Carbozulia International en la sucursal del BES en Madeira, en marzo de 2009, Murta y Silva viajaron a Caracas y se reunieron con Rondón Rivero y Caripe Ruiz. Para esa fecha ya estaba lista la sociedad Ronav Investments, registrada el 24 de noviembre de 2008 por los directivos del BES en Islas Vírgenes Británicas pero a nombre de Carlos Caripe. En las cuentas bancarias de Ronav Investments “Ricardo Salgado [presidente del BES y miembro del grupo familiar dueño del banco] ordenó el pago de sobornos a Alcides Rondón”, según precisa el expediente. algo que se cumplió de 2008 a 2010.

Carbozulia International abrió cuenta en la sucursal del BES en Madeira, pero los pagos “ordenados por Ricardo Salgado” a Alcides Rondón fueron a nombre de la sociedad Ronav Investments LTD. Crédito: Patricia de Melo Moreira/AFP

Caripe Ruiz, dueño en los papeles de Ronav, actuó además como beneficiario de otra empresa de nombre Tilak Consultants, una sociedad que llegó a ser “cliente” de Carbozulia International Inc, coartada que sirvió para justificar transferencias entre ambas. Tilak también había sido incorporada por Alcogal siguiendo órdenes de Paulo Murta.

El 8 de diciembre de 2009 Caripe transfirió desde Tilak 300.000 dólares a la cuenta de Carbozulia. Una segunda transferencia llegó el 12 de abril de 2010, por un monto similar.

Por otro lado, en otra cuenta en el Espírito Santo Bankers de Dubái (ESBD), distinta a la de Carbozulia en Madeira, se registraron cuatro pagos entre marzo de 2009 y abril de 2010. Estos fueron realizados desde Enterprises Managements Services LTD –una empresa del BES creada también en Islas Vírgenes Británicas– a nombre de Ronav Investment, por un monto total de 253.272,30 dólares.

Estas cuatro transferencias a Ronav, junto a las transferencias hechas desde Tilak Consultants, alcanzaron853.272 dólares que fueron depositados en cuentas cuyo beneficiario final era Rondón Rivero. Se trataba de pagos para el general Rondón.

Los empleados del BES encargados de analizar la información de verificación y cumplimiento (KYC o Know Your Client) fueron, no por casualidad, Paulo Murta y Humberto Coelho, este último un administrador de entera confianza de la alta gerencia del banco. En noviembre de 2008, Murta y Coelho dejaron constancia de haber completado estas diligencias de verificación a Rondón Rivero y Caripe Ruiz, en las que se evidenció que Rondón era una Persona Políticamente Expuesta (PEP, por sus siglas en inglés), calificación que se le asigna a funcionarios de gobierno o de otro tipo con altas responsabilidades administrativas.

Aún bajo las banderas rojas levantadas por ese hallazgo, el acuerdo con Humberto Coelho incluyó que Caripe abriera una cuenta en nombre de otra sociedad, Crescent Financial, con el objetivo de “recibir los fondos obtenidos profesionalmente, lo que era falso”, según detalla el expediente. Luego, Gestar –una empresa del Grupo Espirito Santo en Suiza especializada en servicios fiduciarios– dio fe de “la fuente de riqueza” del cliente, quien no estaba involucrado en “actividades ilícitas”.

El gusto por Andorra

A pesar del escenario preparado para las idas y venidas del dinero entre sociedades offshore, algunas transacciones tenían tropiezos al pasar alcabalas y chequeos dentro del mismo banco. Así ocurrió con una de las cuatro transacciones recibidas por Ronav Investments que, según se describe en el expediente de la Fiscalía de Portugal, de las que el compliance del BES se percató se hacía entre cuentas de un mismo cliente y presentaba “un problema en la división de los fondos a favor de la sociedad Crescent”. Esta última, vale recordar, pertenecía a Carlos Caripe. 

Fue el 23 de febrero de 2010 cuando Ronav envió a Crescent una transferencia por 212.780,28 dólares, por instrucciones de Murta y Coelho. Ese dinero fue enviado a una cuenta abierta en la Banca Privada de Andorra (BPA) en nombre de la sociedad Capital Investments Advisors, cuyo beneficiario final era Carlos Caripe, quien lo justificó diciendo que los fondos eran para “capitalizar” a la misma. 

Meses después, el 15 de septiembre de 2010, desde la cuenta de esa Capital Investments en BPA se realizó una transferencia por un monto de 249.000 dólares a la cuenta de Carlos Caripe en el BES. Ese monto fue transferido en dos partes, de 150.000 y 75.138,75 dólares respectivamente, que llegaron a una cuenta del Banco Santander, a nombre de otro venezolano de nombre José Agustín de Andrade Pereira, como “pago de honorarios para la comercialización de commodities, en particular carbón”. Andrade Pereira no es mencionado en el resto de los documentos. 

Esta transacción constituye un punto de intersección entre el esquema de pago de favores del BES entre funcionarios venezolanos, y el escándalo del desvío de fondos venezolanos, tanto públicos como obtenidos por coimas, al banco andorrano. Un informe de la Red de Investigaciones de Delitos Financieros (FinCen, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, al que en 2015 tuvo acceso el diario español El Mundo, fue la Piedra de Rosetta que permitió descifrar el mecanismo por el que se blanquearon unos 2.000 millones de dólares provenientes de Pdvsa –y en total 4,200 millones de dólares de Venezuela– a través de una madeja de empresas fantasmas creadas ad hoc para esconder esos fondos. 

Cuando FinCen emitió el reporte mencionó al Banco Madrid –filial española de BPA– como una “institución financiera sometida a preocupación de primer orden en blanqueo de capitales”. Aunque Banco Madrid sería eventualmente intervenida y liquidada,. apenas pagó una multa de un millón de euros por “faltas en el sistema de control del origen del dinero” en sus bóvedas, en las que reposaban las fortunas de funcionarios del chavismo. Entre ellos, de nuevo, estaba Alcides Rondón Rivero, uno de los seis jerarcas implicados con cuentas y fondos procedentes de sobornos en esa otra institución bancaria.

Fue tal la magnitud del escándalo de corrupción que, ese mismo año, la Fiscalía y la Asamblea Nacional oficialistas en Venezuela decidieron investigar el caso. Las autoridades andorranas siguieron la pista de lo ocurrido con investigaciones a más de 35 personas por el saqueo de Pdvsa, pero las averiguaciones se diluyeron con el paso del tiempo y las trabas políticas. Hoy no se puede exhibir resultado alguno ni en Venezuela ni en Andorra.

Tímidos, pero no tanto

Tras el velo de opacidad que cubre desde hace años los negocios públicos en Venezuela se han cubierto decenas de contratos en los que funcionarios de las instituciones venezolanas se pagan y se dan el vuelto. El expediente portugués revela que eso ocurrió en Carbozulia Internacional, que ofreció contratos a las empresas de Carlos Caripe quien se sabe era abogado y asesor del presidente de la empresa, Alcides Rondón.

Pero fuera del rastro portugués, Caripe Ruiz lleva una vida casi anónima. Su huella en las redes llega a 2020 como fundador de una empresa llamada Calvert Capital -el dominio de la página web se registra en Colombia aunque como tal la empresa no señala alguna dirección física- y se presenta como una suerte de polímata. Se describe como “internacionalista, administrador de empresas, investigador académico, futurista e inversor tecnológico que ha desarrollado su actividad profesional en banca, mercado de valores, negocios internacionales, dirección de empresa y economía productiva”. 

Armando.info intentó contactarlo por el formulario de contacto de la empresa, pero no hubo respuesta.

Pero entre los años 2010 y 2011 Caripe Ruiz parecía más seguro de tener un perfil público. Llegó a dar entrevistas en las que se daba a conocer como consultor en temas de blanqueo de capitales desde su experticia como profesional del derecho y dictó conferencias en Panamá. Su hoja de vida incluye estudios como penalista y criminólogo que lo llevaron a ocupar la posición de director de la Policía de Baruta antes de 2010. En 2008 y desde Panamá abrió la empresa Thrive International S.A. y dos años después otra de nombre Lumal Trading, años que coinciden con su actividad empresarial en el BES y también con el registro en Panamá de una empresa Alcides Rondón Rivero, Izote Energy Group. 

Tras la muerte de Hugo Chávez y con el escándalo de Andorra a cuestas, Rondón Rivero pasó a una especie de ostracismo político sin mayor sobresalto. Aunque en redes sociales circuló que el militar salió de Venezuela con destino a Kuwait en 2015, al día de hoy se encuentran en Internet dos perfiles en LinkedIn con su nombre: en uno asegura que es director de dos empresas, Oceanus y el Grupo Izote, mientras que en otro se presenta como director en la compañía rusa LTD Prosienteks Coffe desde 2011 ubicada en St. Petersburgo, Rusia, además de director de otra empresa llamada Izote Energy. 

Armando.info escribió un mensaje para contactarlo y obtener su versión, pero hasta la fecha de publicación no se ha obtenido respuesta.

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