Neil Villamizar: La jugada de Maduro en la disputa por el Esequibo

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El régimen de Nicolás Maduro ha dado un paso peligroso en la histórica disputa territorial por el Esequibo al designar al almirante Neil Villamizar, excomandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Marítima Insular (REDI Marítima Insular), como candidato a la gobernación de la autoproclamado estado Guyana Esequiba. Este nombramiento, lejos de ser un gesto simbólico, representa una escalada significativa en el conflicto con Guyana, con implicaciones que trascienden la región y captan la atención de potencias como Estados Unidos, que observa con creciente preocupación los movimientos de Caracas.

Un estratega naval al frente del Esequibo

Neil Villamizar no es un político cualquiera; es un militar de carrera con una trayectoria amplia en la Armada venezolana. Graduado de la Escuela Naval de Venezuela en 1991, Villamizar ha ocupado roles protagónicos que lo han convertido en un experto en defensa marítima y operaciones estratégicas. Entre 2019 y 2021, comandó la Escuadra de la Armada, y antes lideró el Escuadrón de Submarinos, incluyendo el mando del submarino AB Sábalo S-31, una pieza clave en la capacidad submarina del país.

En julio de 2021, asumió el mando de la REDI Marítima Insular, una jurisdicción que abarca el estado Nueva Esparta, las dependencias federales venezolanas y los espacios marítimos del país. Esta experiencia le otorga un conocimiento profundo de las dinámicas marítimas y de defensa insular, un factor crucial en el contexto del Esequibo, un territorio de 159,500 km² rico en recursos naturales—como petróleo, oro y madera—y con una posición geopolítica estratégica en el Caribe, cerca de rutas comerciales clave.

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Intenciones claras: La militarización del conflicto

La designación de Villamizar como candidato a la gobernación de la Guyana Esequiba no es un movimiento casual. Maduro busca enviar un mensaje claro: el Esequibo es territorio venezolano, y el régimen está dispuesto a consolidar su control mediante una estrategia que combina política y fuerza militar. Este nombramiento tiene varias implicaciones que podrían redefinir el conflicto:

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Militarización de la disputa: A diferencia de un político tradicional, Villamizar es un estratega naval con experiencia en operaciones de defensa territorial. Su perfil sugiere que el régimen priorizará un enfoque militarista, posiblemente incrementando la presencia de la Armada en las aguas cercanas al Esequibo, una zona ya tensionada por patrullas venezolanas y guyanesas.

Provocación a Guyana y el CARICOM: Guyana, respaldada por la Comunidad del Caribe (CARICOM), ha defendido su soberanía sobre el Esequibo, especialmente tras el descubrimiento de vastas reservas petroleras en la zona por ExxonMobil en 2015. La designación de un excomandante militar como gobernador será percibida como un desafío directo, lo que podría intensificar las tensiones diplomáticas y aumentar el riesgo de enfrentamientos en la región.

Reacción de Estados Unidos: Washington ha apoyado firmemente a Guyana en este conflicto, especialmente desde que el Esequibo se convirtió en un punto clave para la seguridad energética del hemisferio. En 2023, EE.UU. incrementó su cooperación militar con Guyana, incluyendo ejercicios conjuntos y apoyo logístico. La militarización implícita en el nombramiento de Villamizar podría provocar una respuesta más contundente de EE.UU., que ha advertido contra cualquier acción venezolana que altere el statu quo. En un contexto donde la administración de Donald Trump, en 2025, ha adoptado una postura más dura hacia Venezuela—revocando el TPS para 348,000 venezolanos—este movimiento podría ser visto como una amenaza directa a los intereses estadounidenses.

Inestabilidad regional: La presencia de un oficial de alto rango en un cargo político dentro de una zona en disputa podría generar incertidumbre en el Caribe y América del Sur. Esto podría afectar acuerdos económicos, como los relacionados con la explotación petrolera en el Esequibo, y comprometer la seguridad marítima, especialmente en una región que ya enfrenta desafíos como el narcotráfico y la piratería.

El Esequibo: Un tablero geopolítico en juego

La disputa por el Esequibo, que data de 1899 con el Laudo Arbitral de París (considerado fraudulento por Venezuela), ha entrado en una nueva fase de tensión. En diciembre de 2023, Maduro organizó un referendo para anexionar el Esequibo, un movimiento que fue condenado internacionalmente y que llevó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a instar a ambas partes a evitar acciones que escalaran el conflicto. Sin embargo, la creación de la «Guyana Esequiba» como una entidad administrativa venezolana y el nombramiento de Villamizar muestran que el régimen está dispuesto a desafiar estas advertencias.

El Esequibo no es solo un territorio rico en recursos; es un punto estratégico en el Caribe que conecta rutas marítimas clave y sirve como un área de influencia para potencias globales. Rusia, un aliado de Maduro, ha incrementado su presencia militar en Venezuela, mientras que China ha invertido en proyectos petroleros. Por su parte, EE.UU. ve el Esequibo como un contrapeso a la influencia de estos actores en el hemisferio occidental, lo que convierte a la región en un tablero de ajedrez geopolítico.

Tomado de Neil Villamizar: La jugada de Maduro en la disputa por el Esequibo

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